Migraña y cefalea son dos términos que en algún momento todos hemos escuchado.
Muchas veces se confunden o se usan indistintamente de forma errónea. La cefalea o dolor de cabeza es un concepto que no tiene por qué coincidir con el de migraña; no todos los dolores de cabeza son migrañas, al igual que no toda la sintomatología de las migrañas consiste en dolor de cabeza. El dolor de cabeza típico ocurre por tensión, afectando a la zona comprendida entre las sienes, como una estrecha franja, y extendiéndose hasta el cuello.
El término migraña hace referencia a un dolor de cabeza reincidente, pulsátil e intenso. Este dolor es punzante y se concentra en un lado de la cabeza; va precedido por la visión de puntos, manchas o luces intermitentes. La migraña se clasifica como enfermedad debilitante caracterizada por un dolor repentino, pudiendo estar acompañado de síntomas como vómitos, fotosensibilidad, intolerancia a ruidos y químicos. Algunos aspectos relacionados con las migrañas a tener en cuenta:
● Las náuseas son un síntoma común dentro del cuadro clínico de la migraña. Para muchos pacientes, las náuseas son tan o más fuertes que el dolor de cabeza. ● Las migrañas son más frecuentes en mujeres que en varones y suelen empezar a edades comprendidas entre los 10 y 30 años. ● Es un trastorno constitucional de base genética, puesto que la herencia genética influye bastante en la aparición de esta afección: más de la mitad de las personas con migraña tienen familiares con esta misma anomalía. ● Las hormonas juegan un papel importante: la migraña suele empeorar con la ovulación y la menstruación, así como con la toma de anticonceptivos orales; el embarazo la mejora transitoriamente y muchas mujeres mejoran extraordinariamente cuando desaparece la menstruación (menopausia). ● La ingesta de alcohol y la alimentación guardan una relación importante con la aparición de cefaleas y migrañas. Mantener un horario de comidas regulares y evitar largos periodos de ayuno son algunos medidas para evitar su aparición. ● La falta o exceso de sueño, cambios de temperatura, luces deslumbrantes, pantallas de ordenador, fuertes olores y elevadas altitudes; todos ellos son factores que afectan a la aparición de migrañas.
A pesar de que no existe acuerdo en cuanto a las causas de la migraña, en muchos pacientes se ha descubierto una hipersensibilización del sistema nervioso central, disfunción inmunoneuroendocrina y mitocondrial, y sensibilización a alimentos, entre otros factores, que podrían estar detrás de su origen.
Cuando estos pacientes son diagnosticados y tratados bajo el enfoque del síndrome de sensibilidad central (SSC), esta sintomatología mejora, pudiendo incluso desaparecer. La búsqueda de un enfoque a nivel de sensibilización central y pensar en un origen común a todas las patologías incluidas dentro del síndrome de sensibilidad central (fibromialgia, migraña, síndrome químico múltiple, síndrome de fatiga crónica, sensibilidad alimentaria, síndrome de intestino irritable) puede contribuir a mejorar el diagnóstico y los tratamientos para estos pacientes.
MIGRAÑAS Y SÍNDROME DE SENSIBILIDAD CENTRAL
Migraña y cefalea son dos términos que en algún momento todos hemos escuchado.
Muchas veces se confunden o se usan indistintamente de forma errónea. La cefalea o dolor de cabeza es un concepto que no tiene por qué coincidir con el de migraña; no todos los dolores de cabeza son migrañas, al igual que no toda la sintomatología de las migrañas consiste en dolor de cabeza. El dolor de cabeza típico ocurre por tensión, afectando a la zona comprendida entre las sienes, como una estrecha franja, y extendiéndose hasta el cuello.
El término migraña hace referencia a un dolor de cabeza reincidente, pulsátil e intenso. Este dolor es punzante y se concentra en un lado de la cabeza; va precedido por la visión de puntos, manchas o luces intermitentes. La migraña se clasifica como enfermedad debilitante caracterizada por un dolor repentino, pudiendo estar acompañado de síntomas como vómitos, fotosensibilidad, intolerancia a ruidos y químicos. Algunos aspectos relacionados con las migrañas a tener en cuenta:
● Las náuseas son un síntoma común dentro del cuadro clínico de la migraña. Para muchos pacientes, las náuseas son tan o más fuertes que el dolor de cabeza.
● Las migrañas son más frecuentes en mujeres que en varones y suelen empezar a edades comprendidas entre los 10 y 30 años.
● Es un trastorno constitucional de base genética, puesto que la herencia genética influye bastante en la aparición de esta afección: más de la mitad de las personas con migraña tienen familiares con esta misma anomalía.
● Las hormonas juegan un papel importante: la migraña suele empeorar con la ovulación y la menstruación, así como con la toma de anticonceptivos orales; el embarazo la mejora transitoriamente y muchas mujeres mejoran extraordinariamente cuando desaparece la menstruación (menopausia).
● La ingesta de alcohol y la alimentación guardan una relación importante con la aparición de cefaleas y migrañas. Mantener un horario de comidas regulares y evitar largos periodos de ayuno son algunos medidas para evitar su aparición.
● La falta o exceso de sueño, cambios de temperatura, luces deslumbrantes, pantallas de ordenador, fuertes olores y elevadas altitudes; todos ellos son factores que afectan a la aparición de migrañas.
A pesar de que no existe acuerdo en cuanto a las causas de la migraña, en muchos pacientes se ha descubierto una hipersensibilización del sistema nervioso central, disfunción inmunoneuroendocrina y mitocondrial, y sensibilización a alimentos, entre otros factores, que podrían estar detrás de su origen.
Cuando estos pacientes son diagnosticados y tratados bajo el enfoque del síndrome de sensibilidad central (SSC), esta sintomatología mejora, pudiendo incluso desaparecer. La búsqueda de un enfoque a nivel de sensibilización central y pensar en un origen común a todas las patologías incluidas dentro del síndrome de sensibilidad central (fibromialgia, migraña, síndrome químico múltiple, síndrome de fatiga crónica, sensibilidad alimentaria, síndrome de intestino irritable) puede contribuir a mejorar el diagnóstico y los tratamientos para estos pacientes.
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