Se ha comprobado que hasta el 70% de los pacientes con algún tipo de alergia respiratoria a neumonoalérgenos o alimentarias pueden desarrollar un Síndrome de Sensibilidad Central. Esta relación tan estrecha está siendo estudiada por nuestra Unidad de Investigación. Se hace relevante destacar que un mismo paciente puede presentar distintos tipos de mecanismos por los cuales un alimento le sienta mal, es decir, un celiaco puede desarrollar una alergia, o un alérgico puede desarrollar una sensibilidad alimentaria, así mismo un intolerante a la lactosa podría desarrollar una celiaquía.

Según la clasificación internacional vigente de reacciones adversas a alimentos se pueden clasificar en dos grandes grupos, las que tienen base inmunológica y las que no tiene base inmunológica o comúnmente llamadas intolerancias.

LAS QUE TIENEN BASE INMUNOLÓGICA:

1. Alergia alimentaria

Reacción adversa con base inmunológica que se produce tras la ingesta del alimento. Se diferencian dos mecanismos implicados: por un lado, la unión de anticuerpos IgE frente a las proteínas del alimento y, por otro lado, las reacciones producidas por una respuesta inmune celular frente al mismo.

Se habla de “sensibilización” cuando se puede demostrar la existencia de anticuerpos IgE frente a un alimento, pero esto no es equivalente a tener síntomas alérgicos, diferenciándose por tanto de la verdadera “alergia a alimentos”.

2. Enfermedad Celiaca

Más comúnmente conocida como celiaquía. Es una reacción adversa con base inmunológica caracterizada por una inflamación crónica del intestino causada por la exposición a la gliadina, una proteína vegetal de algunos cereales en la dieta. La gliadina es uno de los componentes del gluten (proteína presente en el trigo, centeno, cebada y avena).

Al ingerir gliadina, el sistema inmunológico produce anticuerpos IgA frente a las proteínas del gluten que presentarán reacción cruzada con proteínas del epitelio intestinal del intestino delgado, causando una reacción inflamatoria que dará lugar a la atrofia de las vellosidades que recubren el intestino, lo que interferirá en la absorción de los nutrientes.

LAS QUE NO TIENEN BASE INMUNOLÓGICA:

1. Intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es una reacción adversa alimentaria no inmunológica y de base enzimática. Afecta a las vellosidades intestinales debido a que el organismo produce poca o ninguna cantidad de la enzima lactasa, lo que imposibilita la correcta metabolización de la lactosa o «azúcar de la leche». Puede ser una enfermedad congénita o adquirida y a su vez temporal o permanente.

En algún caso es muy importante la herencia genética. La sintomatología suele ocurrir tras la ingesta de lácteos o productos que la contengan, siendo los más frecuentes los cólicos, la hinchazón abdominal, las flatulencias y diarreas, pudiendo llegar a producir en algunos individuos malnutrición.

2. Déficit de DAO

En este caso existe una alteración o inhibición de la DAO intestinal y hepática, lo que la hace incapaz de eliminar la histamina sobrante proveniente de la dieta, provocando el acúmulo de histamina. Existen diversas causas que pueden afectar al funcionamiento de esta enzima, como:

  • Inhibición química de la DAO (fármacos, alcohol, detergentes, plaguicidas, entre otros).
  • Disminución de la superficie intestinal útil (grandes resecciones quirúrgicas, radioterapia, quimioterapia, enfermedad inflamatoria intestinal, entre otros).
  • Insuficiencia hepática.

Pacientes con patología del tubo digestivo pueden presentar  déficit transitorios de la DAO y de otras enzimas de la mucosa digestiva. Se ha comprobado en estudios recientes que la DAO puede ser un buen marcador para valorar algunas enfermedades inflamatorias intestinales como, por ejemplo, la colitis ulcerosa.